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Descobreix el museu

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EXILIOS

 

Este ámbito muestra dos piezas que acompañaron a sus propietarios durante el exilio al que se vieron obligados tras la Guerra Civil española y que conservaron hasta que los donaron al Museo.

Leopold Benguerel tenía cinco años cuando, a principios de 1939, las tropas de Franco estaban a punto de ocupar Barcelona. Sus padres, el escritor Xavier Benguerel y Rosa Godó, junto con otros escritores, habían tenido que huir hacia el exilio, y Leopold y su hermano mayor, Xavier, se habían quedado en Barcelona a cargo de los abuelos. A finales de 1939, cuando ya había estallado la guerra en Europa, la familia Benguerel junto con otros escritores se preparaban para un nuevo exilio, esta vez hacia Chile, gracias a las gestiones de Pablo Neruda. Benguerel arregló el paso de los niños a Francia y consiguió un salvoconducto hasta Perpiñán, donde les esperó, mientras los abuelos llevaban los niños en tren hasta Figueres y pasaban la frontera de noche. Embarcaron hacia Chile, donde les esperaba una nueva vida. Cada niño llevaba sus cosas y sus juguetes más preciados en una pequeña maleta. Leopold llevaba la suya, entre otros objetos, cromos del chocolate Amatller. Conservó la maleta durante los veinte años que residió en Chile y todo el resto de su vida, hasta que en 2016, gracias a la sugerencia de Julià Guillamon, la donó al museo. 

Damas Calvet Serra (Figueres, 1912-1989) luchó en la batalla del Ebro con las tropas republicanas. Al final de la Guerra Civil, en 1939, huyó hacia Francia, donde estuvo internado en los campos de concentración de Sant Cebrià y de Argelers (Rosselló). Su pasión por el ajedrez le llevó a ocupar las horas tallando en madera cada una de las 32 piezas con las que jugó con sus compañeros de internamiento y exilio. Volvió a Figueres con el ajedrez como único equipaje. En la ciudad participó en innumerables partidas e, incluso, dio clases de ajedrez en el colegio Sant Pau.