La peonza es uno de los juguetes tradicionales más antiguos y de alcance más universal. El origen se puede reseguir hasta yacimientos arqueológicos celtas, mesopotámicos o egipcios, lo que parece indicar que apareció simultáneamente en diferentes territorios.

Las peonzas, con sus movimientos de rotación y translación, han servido desde la antigüedad a astrónomos y físicos para investigar y explicar principios de la física, así como otros fenómenos: es el caso de Bauhaus, que con la peonza estudió ciertos conceptos de la teoría de los colores. Asimismo, los materiales con los que han sido confeccionadas, su forma y ornamentación reflejan a la perfección la cultura que las ha creado.

En este ámbito se exponen, entre otras, la peonza catalana, que se caracteriza por tener el sombrero pintado de rojo, una peonza procedente de las Islas Baleares, así como ejemplares de Quebec. Son también relevantes el conjunto de peonzas japonesas, de gran diversidad de tipologías, resultado de un trabajo de alta calidad, con un cuidado tratamiento de los materiales y las decoraciones.