Las muñecas tienen una presencia constante en todas las culturas de nuestro planeta. En este ámbito hay una representación de muñecas de varios continentes.

Destacan las populares matrioska, las tradicionales muñecas rusas que se empezaron a producir en su país de origen en 1890, posiblemente por influencia de las muñecas japonesas. Realizadas con madera, representan una campesina y se desmontan en dos piezas. Contienen en su interior muñecas similares, pero de tamaño decreciente, que se van insertando una dentro de otra.

También encontramos muñecas de diversos territorios de México. Las más conocidas son las muñecas hechas de cartón, que llevan escritos nombres diferentes, aunque también son muy populares las de trapo de Puebla y las de paja de Chiapas.

El Museo cuenta con un importante fondo de muñecas kokeshi de Japón, de las que se muestran algunos ejemplares. En este ámbito, destaca también la muñeca de Laponia, confeccionada con piel de reno, así como varias de procedencia africana como las muñecas de madera de Kenia y Sudáfrica.

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