Gracias al ingenio de los fabricantes de juguetes de finales del siglo XIX y principios del siglo XX se idearon mecanismos capaces de dotarlos de movimiento. Los juguetes dejaban de ser objetos estáticos y adquirían vida.
El molinero Gustav y el pequeño funicular se mueven gracias a un sistema de contrapesos. En otra línea, los juguetes mecánicos de payasos o de animales se accionan mediante un sencillo mecanismo de cuerda.
Nuestro gimnasta del año 1918 parece dormido hasta que lo colocamos sobre una estufa y, por efecto del calor, comienza a hacer equilibrismos.
2024 Museo del Juguete de Cataluña –