
El soldadito de plomo es el título del cuento escrito por Hans Christian Andersen en el que un soldado se enamora de una bailarina de papel y, después de varias aventuras, muere en la chimenea de una casa junto a su amada. Este popular cuento de hadas, escrito en 1838, solo unos sesenta años después de la aparición de estos juguetes, es un ejemplo de la popularidad de estas piezas entre los niños del siglo XIX e inicios del XX.
Originales de Baviera, Alemania, los primeros soldados de plomo se fabricaron hacia 1777 siguiendo los modelos de los grabados de soldados de la época, y se popularizaron rápidamente por toda Europa. Con estos soldados no se reproducían batallas o guerras, sino que se jugaba a desfiles militares.
En este ámbito cabe mencionar los soldados de Ortelli, el fabricante más destacado del importante foco económico que fue Barcelona desde el siglo XIX, y también otros fabricantes barceloneses como Baldomer Casanellas o Josep Capell. Asimismo, son especialmente interesantes los soldados Britains de Gran Bretaña
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